miércoles, 31 de enero de 2018

John Kennedy Toole

Ken




   Esta es la historia de un hombre que, después de muerto, alcanzó fama internacional. Esta es la historia de un hombre que en 1969 aparcó su vehículo en un lugar solitario, a las afueras de la localidad de Biloxi, en Misisipi, dejó una nota a la vista "para sus padres" y esperó a que el monóxido de carbono le adormeciera y acabara con su vida. Esta es la historia de un hombre que solo tenía treinta y un años y se llamaba John Kennedy Toole.
   Ken, como todos lo conocían, fue el único hijo de un matrimonio mayor que ya se resignaba a no tener descendencia. Su nacimiento en 1937 fue una inspiración para la sobreprotectora Thelma. Se volcó con su hijo y le proporcionó una excelente educación, pero su energía también acabaría anulándole la personalidad. Toole poseía una gran inteligencia, destacaba en creatividad y se mostró como un alumno aventajado: cursó dos años de una vez en la escuela elemental, más tarde obtuvo una beca para la Universidad Tulane, donde se graduó con honores en 1958, y se inscribió en la neoyorkina Universidad de Columbia para estudiar Literatura Inglesa. Emprendió su carrera como docente en 1959 para trabajar de profesor asistente de Inglés en la Universidad del Suroeste de Luisiana, ubicada en Lafayette siendo el profesor más joven de la historia del Hunter College de Nueva York, con veintidós años, mientras trataba de cursar un doctorado en la Columbia.
   Sin embargo, fue llamado a las filas del ejército en 1961, y se pasó un par de años formando en Inglés a los soldados puertorriqueños, una tarea que combinó con la redacción de los primeros borradores de La conjura de los necios.
   



   Finalizada su instrucción militar, Toole regresó a su Nueva Orleans natal. Pero ya no era el mismo. Bebedor, excéntrico al vestir, ya no había ni rastro de aquel maestro extrovertido que encandilaba a los alumnos. Siempre se ha sospechado de su frustración por no conseguir publicar su obra, no obstante, algunos biógrafos de Toole insinúan que su probable homosexualidad, reprimida a la sombra de su autoritaria madre, fue el factor clave en su mutación y trágico desenlace. 
   Lo cierto es que tras la muerte de su marido y padre de Ken en 1
974, Thelma tras acorralar al editor y escritor Walter Percy junto con la intervención del escritor Walker Evans lograron que su novela de culto, La conjura de los necios se publicara en 1980 con el sello de la Universidad de Louisiana. Luego llegó el Pulitzer póstumo y la consagración de su protagonista: el moralista, vanidoso y también incomprendido Ignatius J. Reilly.
   N
o cabe duda de que, pese a los errores que Thelma pudiera cometer en su relación con su hijo, se redimió tras su lucha para que el mundo gozara de su obra maestra.
   La conjura de los necios, liderada por el patético Ignatius J. Reilly, es una novela hilarante y mordaz. Toole trazó un mapa caricaturesco de esa Nueva Orleans donde confluyen las culturas francesa, española y criolla. Por sus párrafos desfilan personajes esperpénticos, marginados que sobreviven hábilmente.
   No obstante, el empeño de Thelma no acabó ahí porque, tras el triunfo de La conjura de los necios, dio con otra novela escrita a máquina e hizo todo lo posible por que su familia política no sacara partido de su publicación, cometido que desempeñó en vano porque Thelma Toole murió en 1984.   
   Así que, tras varios años de litigios, La Biblia de neón vio la luz en 1989, y los lectores de todo el planeta pudieron confirmar que John Kennedy Toole era de verdad un genio que había redactado con sólo dieciséis años algo tan maduro como esta novela sobre la infancia y primera juventud en un intolerante pueblo sureño.
   Toole escogió como epígrafe de La conjura de los necios una frase de Jonathan Swift con toda la intención: "Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él".  
El resto forma parte de la historia de la literatura

lunes, 8 de enero de 2018

El imperio de Yegorov

Estoy absolutamente convencido de que los grandes eventos tienen su origen en una cosa muy pequeña”



  A Manuel Moyano (Córdoba, 1963) le fascina la narrativa fantástica, así como su interés por asuntos antropológicos. Bajo estas líneas nace un experimento arriesgado que le ha salido bien, El imperio de Yegorov (Anagrama, 2014).   Finalista del premio Herralde de Novela, El imperio de Yegorov es una obra de estructura totalmente original, que permite al lector adentrarse en ella sin ningún problema aún funcionando en varios planos. En la misma marmita se mezcla aventura, tintes policíacos, política, sátira social y ciencia ficción. Una novela teñida de ironía que es también una reflexión sobre la fugacidad de la existencia humana y la búsqueda de la inmortalidad.
  1967. Partiendo del diario de Shigeru Igataki, miembro de un grupo japonés que investiga a unos aborígenes en Papúa-Nueva Guinea, sabemos que a esta expedición pertenece Izumi Fukada, una atractiva joven estudiante de antropología que contrae una extraña enfermedad que es el detonante de un increíble hallazgo: el descubrimiento de una extraña larva que habita en los peces, el Yashirum y también de su inhibidor, el eletu, procedente de unas flores amarillas. Pero más aún: la arriesgada apuesta por la eterna juventud y las fuentes de la inmortalidad a manos de la industria farmacéutica y química.
   Este episodio trivial es el primer eslabón de una imprevisible cadena de acontecimientos que prosigue en Japón, salta a los Estados Unidos y termina alumbrando, setenta y cinco años después, una pesadilla distópica a escala planetaria.
   El imperio de Yegorov sorprende al lector por su audacia técnica, por la originalidad de su trama y por su ritmo imparable. Un experimento lleno de personajes como el médico Yasutaka Mashimura, el misionero Ernest Cuballó, el poeta Geoff LeShan, la actriz Lillian Sinclair, el policía Walter 'Capullo' Tyndall o el abogado Alexandr Shabashkin junto a un elemento muy importante y clave en la narración: la elatrina.
   Manuel Moyano comenta que lo escribió en quince días de rabiosa inspiración, ya que ese momento, según él, no es algo que se sostiene por mucho tiempo «di de repente con el argumento, el tono y el medio... y eso se da pocas veces en la literatura». El libro posee un ritmo intenso porque está escrito bajo el mismo estado.
   Es una historia contada desde una documentación muy diversa y original, como diarios, cartas, correos, prospectos farmacéuticos, un sms, un testamento, informes de detectives, noticias y transcripciones de grabaciones, obituarios o comentarios de blog, entre otros. "Gracias a esa técnica he conseguido crear una tensión narrativa y que el lector quiera continuar para saber qué va a pasar; también creo que la novela destaca por su tono humorístico, ya que lo satírico domina toda la obra"
  Pero no serán ni Nueva Guinea ni Osaka los escenarios de la perdición humana, sino un gigantesco y blindado laboratorio, la Pine Chemical, en Pasadena, Estados Unidos, capaz de gestionar por igual la vanidad inmensa de las estrellas de Hollywood, de los congresistas americanos, de los deportistas o de los cantantes de rock. Un rentable mundo de dependientes de su dosis diaria y de gangsters y mafiosos sin escrúpulos. Setenta y cinco años de intriga novelada, con gran riqueza inventiva y verbal.
   A partir de ahora la forma de mirar a los ojos de la gente nos va a ser diferente.

Anexo: Imágenes cedidas por 

Yashirum fasciola
Eletu

Elatrina

El doctor Nintai

Posibles inoculados

Más información: Plataforma ciudadana contra Yegorov

jueves, 4 de enero de 2018

Manuel Moyano

El autor sintético


   Seguramente 2017 le ha deparado al escritor Manuel Moyano grandes alegrías literarias no solo porque ha visto la luz la publicación de su primer libro dirigido al público infantil, Aventuras del piloto Rufus, donde Rufus, Doris y el Coronel Cornelius realizan un viaje por lugares increíbles y disparatados, sino también por la publicación de El abismo verde, obra centrada en una ciudad desconocida en la selva amazónica , y además por la concesión del XVII Premio de Novela "Carolina Coronado", de Almendralejo, por La hipótesis de Saint-Germain, novela de corte fantástico que trata de un personaje real del siglo XVIII y de su supuesta inmortalidad.
  Manuel Moyano (Córdoba, 1963) creció en Barcelona y desde 1991 es ciudadano de Molina de Segura (Murcia). Excelente y premiado escritor, ha obtenido galardones como el Tigre Juan por El amigo de Kafka (2001), el Tristana por La coartada del diablo (2007) o el Celsius de la Semana Negra de Gijón por El imperio de Yegorov (novela también Finalista del Premio Herralde en 2014).

   Como autor de narrativa breve ha dado a la imprenta El oro celeste (2003), El experimento Wolberg (2008) y Teatro de ceniza (2011), cuyas piezas han sido acogidas en numerosas antologías. Otros de sus títulos son Dietario mágico (2002), resultado de un trabajo de campo sobre la curandería, Travesía americana (2013), relato de un viaje en familia a través de Estados Unidos y La agenda negra (2016), un thriller hipnótico donde su protagonista, el justiciero Ulises Roma, encuentra una agenda de tapas negras cuyo enigmático contenido le llevará a cometer un acto tan gratuito como imprudente. El dilema del "ojo por ojo".
    Manuel Moyano trabaja como gestor cultural en el ayuntamiento de Molina de Segura, estando detrás de la puesta en marcha del Premio Setenil, el más importante en el género del relato corto, y del ciclo de encuentros literarios Escritores en su tinta, por el que ha pasado los mejores escritores españoles y extranjeros del panorama literario. 
   El efecto de la "radioescribidad" es la causa de la actividad literaria tan intensa de este escritor, ganándose pronto un nombre junto a otros escritores conocidos como 'los autores del meteorito', en referencia al que cayó en el municipio en el siglo XIX, y perteneciendo así a la llamada "Orden del Meteorito".
  El escritor cordobés es un narrador nato que ha creado un estilo abierto a todo tipo de géneros con una manera de escribir que se distingue a distancia. De historias sintéticas que van al grano a través de un lenguaje pulcro y exacto. Con un gusto por lo extraordinario y por lo original inquietante se enfrenta ante un incrédulo lector que duda ante la veracidad del propio relato.

Próxima reunión 9 de Enero de 2018 a las 6 en punto

   Reunión y encuentro con el escritor Manuel Moyano en la Biblioteca Salvador García Aguilar, de los Clubes de lectura Mercedes Mendoza y SGA para comentar su novela.

El imperio de Yegorov
Manuel Moyano
   

   En 1967, una atractiva estudiante de antropología llamada Izumi Fukada contrae una extraña enfermedad en la isla de Papúa Nueva Guinea mientras forma parte de la expedición japonesa que busca a la tribu perdida de los hamulai. Este episodio trivial es el primer eslabón de una imprevisible cadena de acontecimientos que prosigue en Japón, salta a los Estados Unidos y termina alumbrando, setenta y cinco años después, una pesadilla distópica a escala planetaria.
   Novela de aventuras y policiaca, thriller político, sátira social y relato de ciencia ficción –todo ello a la vez–, El imperio de Yegorov sorprende al lector por su audacia técnica, por la originalidad de su trama y por su ritmo imparable. 


Fuente: Anagrama