miércoles, 21 de marzo de 2018

Nunca es tarde si la intención es buena


   Por fin Matías, subo el trabajo que nos recomendaste a raíz de la lectura de La conjura de los necios de John Kennedy Toole, novela que es objeto de estudio junto a El guardián entre el centeno de J.D. Salinger, Fiesta de Ernest Hemingway y En el camino de Jack Kerouac.



Estudio del desencanto en cuatro novelas

lunes, 5 de marzo de 2018

Próxima reunión 6 de Marzo de 2018 a las 6 en punto

La bestia debe morir
Nicholas Blake

"Voy a matar a un hombre. No sé como se llama, no sé dónde vive, no tengo idea de su aspecto. Pero voy a encontrarlo y lo mataré..." Así empieza esta novela, todo un clásico.
  
   Un autor de novelas policiales cuyo hijo ha sido asesinado por un desconocido decide vengar esa muerte. Tiene un plan perfecto y todo está listo; cuando parece que ya no hay salida ( para la bestia ) que cometió la atrocidad que perturba incesamente al escritor ocurre lo inesperado. La novela es el diario minucioso que registra la busqueda del culpable y que permite al lector acompañar cada instante en la planificación de la venganza de un padre desencajado por el dolor.

viernes, 2 de marzo de 2018

La bestia en milímetros


   La novela La bestia debe morir de Nicholas Blake fue adaptada dos veces para la pantalla. La primera en Argentina (1952), en blanco y negro, dirigida por Román Viñoly Barreto y protagonizada por Narciso Ibáñez Menta. La segunda en Francia (1969), dirigida por Claude Chabrol y estrenada en España con el título Accidente sin huella, es una de las obras cumbre del director francés, por su ambiente característico de esa atmósfera de angustia, intriga e incertidumbre, de meditación solitaria, la voz en off que nos introduce en la silenciosa desesperación del personaje, es esta una constante en el cine de Chabrol.
   Existe una tercera película llamada La bestia debe morir, protagonizada por Peter Cushing, que no tiene ninguna relación con el texto de Nicholas Blake, sino que está basada en el cuento No habrá oscuridad (There Shall Be no Darkness) de James Blish.
   En la década de los 50, Narciso Ibañez Menta decide fundar la productora Esmeralda Films (nombre dicen que en honor al color de ojos de su esposa, la entonces Laura Hidalgo, protagonista de este film) y para inaugurarla toma nada más y nada menos que la obra de Nicholas Blake.  
   Los primeros minutos de film abarcan el final de la novela. Inmediatamente y en forma de flashback empieza la historia central que se nos quiere contar y que no es otra que la de un desesperado padre que ha perdido a su pequeño hijo en un accidente y de cómo meticulosamente va planeando su venganza luego de casualmente haber descubierto quién fue la bestia al volante que lo atropelló y lo abandonó a su suerte.
   La historia guarda secretos y sorpresas hacia el final que alimentan el clima de suspense.
   La actuación que nos ofrece Menta es irreprochable, personificando a un demasiado controlado hombre, en apariencia frío y calculador pero que no es otro que un padre que sufre y que no vivirá hasta que no se haga justicia.

La bestia debe morir

Nicholas, Cecil, Frank, Felix y Nigel



   El hijo de un autor de novelas policíacas es asesinado, y su padre decide vengarle. Pero, cuando parece que ya no hay salida para "la bestia", ocurre lo inesperado. Un diario minucioso que permite al lector acompañar cada instante en la planificación de la venganza.
   Los escritores Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, habían seleccionado esta novela policíaca dentro de una colección editorial cuya supervisión y elección era de su responsabilidad y que se vino a llamar El Séptimo Círculo; se trataba de una serie de novelas que se publicaron entre 1945 y 1983, dedicada inicialmente al género policial anglosajón, pero que también incluyó títulos del género negro e incluso de la literatura fantástica. Para Borges, que presumía de ser mejor lector que escritor, veía en La bestia debe morir era un arquetipo de la novela policial perfecta.
   Nicholas Blake, seudónimo usado por Cecil Day Lewis (1904-1972), era un poeta, dramaturgo, novelista y crítico que nos introduce en el libro a través de una
 asombrosa y contundente frase:
"Voy a matar a un hombre. No sé cómo se llama, ni sé dónde vive, no tengo idea de su aspecto. Pero voy a encontrarlo, y lo mataré."
   
   La novela nos relata la obsesión por ejecutar una venganza personal, un plan trazado por Frank Cairnes, un escritor de novelas policiales cuyo hijo ha muerto atropellado por un coche que posteriormente se dio a la fuga cobardemente, sin detenerse siquiera para intentar auxiliar a la víctima. Cairnes, exasperado por la falta de medios o de interés que la policía exhibe para descubrir al culpable de aquel atropello mortal, 
   Así que decide iniciar por su cuenta y riesgo una investigación que lo llevará hasta una tal Lena, una joven actriz de películas mediocres, que será quien lo conduzca, sin que sospeche nada, hasta la “bestia", es decir, el hombre que truncó la vida de su hijo.
   La forma en la que Nicholas Blake aborda esta narración es muy original. En la primera parte conocemos la investigación y la planificación de la venganza a través de un diario, conociendo así como es su desesperación, cómo decide vengarse, el desgarro con que nos narra minuciosamente todos los pormenores de su proyecto de venganza y que, lejos de escandalizar al lector, llega a transmitir una cierta empatía ante una cuestión que, desde el punto de vista ético, es obviamente reprobable. Lo que Frank Cairnes consigue con su plan es introducirse como invitado en la casa de “la bestia”, haciéndose pasar por el personaje de sus novelas, Felix Lane.    

   En la segunda parte, la narración abandona ya la primera persona para instalarse, desde aquí hasta el final, en la tercera. Y tras cortarnos la respiración, Nicholas Blake nos da un respiro presentándonos, hacia la mitad del libro, a su detective Nigel Strangeways y a su esposa Georgia.
   En resumen, se trata de una novela inteligente y entretenida, con momentos de mordacidad y cinismo que le imprimen un carácter propio a la obra; que seguro que no decepciona a los amantes de la literatura policial.